sábado, 3 de marzo de 2012

Sant Medir

¡Hola! ¿Ya tenéis algunas buenas proposiciones para la Cuaresma? Yo sí, decidí no comer dulces. En Polonia es algo muy común en esta temporada. Pero no creo que sea igual en España, especialmente en Barcelona pues el día 3 de marzo allí, en concreto en el barrio de Gracia, se celebra la tradicional fiesta de Sant Medir. Es un evento lleno de niños, risas y, sobretodo, muchos dulces.

¿No es un milagro que haya tantos bombones?

Primero, ¿quién es Sant Medir?
Según la leyenda era un campesino que vivió en el siglo III en Sant Cugat del Vallès, un pueblo cercano a Barcelona. Era tiempo del dominio romano de Diocleciano que perseguía con fiereza a los cristianos.
Esto le ocurrió también al Obispo Severo de Barcelona que tuvo que huir de los romanos tomando el camino de Sant Cugat. Allí encontró a Sant Medir que estaba plantando habas. Antes de explicarle el motivo de su huida, decidió morir por la fe de Jesucristo. Le pidió al campesino que si alguien preguntaba por él, que le dijera la verdad, que mientras estaba sembrando habas, el obispo había pasado por allí y que lo encontrarían más abajo. Los perseguidores llegando a Sant Cugat preguntaron a Sant Medir por el obispo y éste respondió con la verdad. Justo al decirlo, las habas crecieron y florecieron, produciendo el milagro. Al final los romanos apresaron tanto a Medir como al Obispo.
Cientos años después, en el siglo XIX hubo un panadero muy devoto de Sant Medir que cada año antes del 3 de marzo (el día del Santo) le pedía por mejor salud y a cambio le prometía ir de peregrinación a caballo a una ermita en la montaña cercana. Así dió comienzo a las anuales romerías celebradas por todo el barrio.
¿Y en que consiste la romería hoy en día?


Actualmente es una cabalgata de caballos, carros, calesas y carretas durante la cual los romeros echan los caramelos y dulces. Los niños son los verdaderos protagonistas de la fiesta. Son los que recogen caramelos con más ilusión y se las ingenian de todas las maneras posibles para conseguir la mayor cantidad de ellos. Uno de los métodos más utilizados es poner paraguas boca abajo para que caigan todos los dulces dentro y no tener que agacharse y pillarlos a puñados.



¿Déja vu? Sí, un poco como en la Cabalgata de los Reyes Magos.

Para ser sincera el hecho del milagro no me impresionó mucho pues los protagonistas ni siquiera pudieron disfrutar de las habas pero por suerte ahora los niños ya no tienen que preocuparse por sus bombones.

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